Boiling Point

Boiling Point, es el título original de la película más reciente del director Philip Barantini, la cual ha tenido varios nombres en el planeta, The Chief en partes de Europa, Hierve en España y ahora llega a Latinoamérica bajo el nombre de El Chef.

La película fue filmada en 2020, pero debido a la pandemia ha tenido un estreno extremadamente pausado, incluso la plataforma de Netflix la anuncia dentro de su reparto de películas; sin embargo, solo estará disponible en mercado europeo y para EE. UU.

Ahora, en Latinoamérica, está bajo la plataforma FilmIn, pero también contará con un estreno en las salas de cines a partir del 1 de septiembre, de cualquier manera recomendaría verificar los horarios de su cine local.

No hay nada más interesante que filmar a personas que están haciendo su trabajo, la gran mayoría de las películas que tocan el tema, lo hacen desde ese punto de vista casi perpetuo. Aunque la finalidad de la película sea entretener a personas, que también trabajan, como método de escape de sus vidas monótonas. 

Estas películas que saben mostrar las labores de diferentes personas, por lo general son muy buenas, que brinda la satisfacción de ver una obra de arte testificar con pasión, respeto y sinceridad los esfuerzos de las vidas diarias de varias personas.

Phillip pertenecía a un equipo de cocina antes de ser cineasta, por lo que plasma con mucha naturalidad la tensión que se puede sentir al trabajar en un restaurante que es dueño de una estrella Michellin. 

Boiling Point, es una especie de thriller ligero con momentos de amor, de comedia y de acertijos. Con unos 92 minutos muy bien manejados, donde las ansiedades de la vida diaria, la convierten en un thriller más emocionante de lo que uno podría esperar del género. Y luego, finalmente, el público verá violencia verbal, con historias de amor, las cuales tienden a salir mal, un poco de comedia, el tipo de comedia que te hace mantenerte en tu trabajo, y un poco de misterio que se resuelve conforme la película avanza. 

Todo comienza un viernes en la noche, cercano al fin de año, en uno de los restaurantes más conocidos de Londres, cuando entramos a la cocina, nada parece estar saliendo bien, el jefe, interpretado por Stephen Graham. Un chef de inglés que tiene sus problemas emocionales, mientras incapaz de manejar a su staff, durante el último viernes antes de Navidad, uno de los días más ocupados del año.

El restaurante está excediendo las reservaciones, lleno de las quejas normales de los comensales, aunado a eso, llega una personalidad de la televisión que está acompañado con un crítico de comida que es famoso por ser muy duro con sus escritos.

Tanto en la zona de comensales como en la cocina, los conflictos grandes y pequeños se hacen comunes en un equipo de trabajo que labora todos los días de la misma manera, enfrentando continuamente con diferentes tipos de situaciones difíciles. 

Aparte de luchar contra deudas, una adicción y una vida personal complicada, el viernes del chef se complica aún más cuando inspectores gubernamentales de salud y de seguridad se presentan para realizar una inspección sorpresa.

De eso se trata toda la película. Pero llena la hora y media de una manera magnífica que te hace sentir el agua hasta el cuello, y no quieres soltar la película hasta saber la conclusión, que aunque puede ser considerada un poco excesiva, es completamente lógica.

Para hacer la película un poco más estresante, está grabada en formato de una sola secuencia o tiempo real. Y es ahí donde sale a relucir el brillante trabajo de Barantini, que sigue las diferentes trayectorias con una cámara al hombro. Elimina cualquier musicalización para no influir en los sentimientos que las diferentes tomas nos comparten.

En conjunto, todo funciona la mayoría de las veces, porque, cada espectador se sentirá involucrado de manera diferente, dependiendo de cual sea el conflicto con el que se sienta más identificado, o de la simpatía que sienta con cualquier de los protagonistas.

Sería injusto de nuestra parte decir que Stephen Graham es quien carga con toda la película, ya que todos los actores tienen un desempeño impecable. 

En conclusión, tenemos una película muy estresante, pero también una de las mejores del año, que como en cualquier restaurante, la calidad de la comida y la experiencia del cliente están ligadas a la calidad del personal y Boiling Point se puede ver como una referencia completamente meta a esa regla de vida.