Lightyear es la entrega mas reciente de los estudios Pixar, en un spin-off de Toy Story, que después de tantas alegrías y enseñanzas que nos ha brindado la franquicia desde 1995, las expectativas realmente son muy altas, así que no hay nada de presión en los hombros del estelar Chris Evans cuando se pone un traje espacial bajo la lupa de toda una generación de millenials que esperamos ver como desarrolla un personaje al que hemos querido por mas de un cuarto de siglo.
No llena todas nuestras expectativas, pero volviendo, eso es nuestra propia culpa porque estamos esperando algo conocido, algo de nostalgia, y Pixar hace un buen trabajo, dándonos solo lo que necesitamos, brindándonos al mismo tiempo una historia completamente original, pero que resulta que es narrada desde la visión de un personaje al que creíamos conocer. Además cuántas veces hemos escuchado decir a quien sea: a Hollywood se le acabaron las ideas, ya no hacen nada original.
En ésta película vamos a ver a Buzz Lightyear, pero no al juguete, si no al personaje de la película en la que se basó el juguete, es como si fuéramos Andy, y saliendo de ver ésta película por primera vez, queremos el juguete. Algo así
Es por eso que en inglés se cambió la voz para el personaje, ya no lo hace Tim Allen, si no la nueva versión de Chris Evans. Si establecemos todo lo anterior y lo aceptamos antes de ver la película, la disfrutaremos mucho más, porque siendo sinceros, ésta ópera espacial tiene más parecido con Star Trek, que con Wall-E.
El director es Angus MacLane, y nos permite entrar en la vida del Buzz Lightyear de carne y hueso que, eso si, sigue siendo terco y un poco alzado para su propio beneficio, también comparte una cualidad con Maverick de Top Gun al ser un piloto temerario que trabaja para el gobierno, pero que no le gusta la autoridad.
La historia nos da una buena cantidad de elementos de ciencia ficción como viajes en el tiempo y el espacio, plantas carnívoras, láseres y robots, hay mucho que decir en una hora y 45 minutos, pero el ritmo nunca se siente ni saturado ni holgado, dura lo que tiene que durar.
Sí, hay una relación entre dos personas del mismo sexo, lo que hizo que la película fuera prohibida en varios países árabes, pero la escena es conmovedora cuando menos, y sí, tenemos un nuevo personaje que será el líder en las ventas de juguetes de éste año. Pero Lightyear es mucho más que eso.
Empezando por el hecho de que Chris Evans hace un excelente trabajo con el personaje principal, las botas espaciales seguramente fueron difíciles de llenar, ya que Tim Allen es el actor a quien ubicamos como la voz de Buzz, y cuando se dice la memorable frase, no se siente como una imitación, aunque se nota la influencia de Tim, Chris lo hace propio.
En una misión en el espacio, Buzz consigue por accidente que una nave inmensa al estilo Enterprise, quede atorada en un planeta lejano con muchos humanos dentro, para poder salir del planeta necesita conseguir de alguna manera que una nave de menor tamaño pueda alcanzar la hipervelocidad, así que hace de esa meta su misión en la vida.
Es un cadete que tiene algunos errores en su historial, el mal manejo de una misión, la desconfianza en sus compañeros cadetes y ha tenido que tomar decisiones complicadas, si a esto le agregamos un buen ego, necedad y la determinación infranqueable de corregir todos sus errores entonces nos encontraremos con una buena historia de redención.
El problema radica en que cada vez que se realiza una prueba en el espacio exterior, el tiempo avanza 4 años en el planeta, pero para el astronauta no ha pasado nada, así que mientras están tratando de que la tecnología avance, Buzz va viendo como sus amigos van creciendo y mueren.
Hay una escena que representa muy bien el rápido pasar del tiempo, que es muy al estilo de la secuencia del matrimonio de Carl y Ellie Fredricksen en Up.
De regreso hay un tipo ligeramente malvado toma cargo y decide terinar las misiones para escapar del planeta y toma la postura de empezar a crear una civilización en forma de donde están, lo que ocasiona que Buzz se vuelva un poco más rebelde, aunque consigue la ayuda de algunos cadetes donde podemos destacar a Izzy, que tiene la voz de Keke Palmer, con quien genera una conexión peculiar, ella es una estudiante de cadete espacial que le tiene miedo al espacio, tiene su propia agenda que cumplir, y es quien aporta más corazón y personalidad al equipo.
Los personajes de reparto tienen momentos que aportan notablemente a la trama de la película, aunque tienen el tipo de respuestas formuláicas que podríamos esperar de una película para toda la familia, Mo Morrison es el personaje más débil, por así decirlo, ya que es interpretado por Taika Waititi pero es el mismo personaje que siempre hemos visto interpretar a Taika.
El resto de la tripulación, Darby e Izzy son el verdadero punto cúspide, pero el mejor personaje de toda la película con referencias a Toy Story, irónicamente si es una especie de juguete futurístico, el gato robot llamado Sox, con la voz de Peter Sohn, quien tiene la función de ayudar a Buzz a lidiar con el estrés generado por el trabajo, éste pequeñín es quien recibe todas las risas del cine y se convierte en una muy útil herramienta para derrotar a los enemigos que comienzan a atacar el joven asentamiento humano, los Zurgs.
Con muchos giros inesperados en la trama que nos mantienen alerta, podemos recordar que en Toy Story 2 se hace una parodia a Star Wars, mencionando la relación de Buzz con el emperador Zurg, solo que en ésta ocasión tenemos una nueva versión.
Sin tener afán de revelar mucho, podemos decir que se continúa un poco el tema de otras dos películas populares de éste año, sin embargo Josh Brolin aporta algo nuevo a su versión de Zurg.
El tercer acto tiene un desenlace muy efectivo, pero no toda la historia es tan apasionante y no se construye tan bien la tensión como para llegar al final, al menos no en comparación con otras películas del mismo estudio, como Toy Story 3, Coco o Onward. Y el mensaje que nos deja es no ser temerario, aprende a trabajar en equipo se ve un poco opacado por el hecho de que hay demasiados elementos de ciencia ficción en la mezcla, aunque Pixar es un maestro en hacer que la narrativa funcione sin importar lo que se pongan en frente.
La animación como podemos esperar es de altísima calidad, convirtiéndose en una de las mejores entradas par el entretenimiento familiar del año, la calidad de la película en general es una forma realmente muy divertida y satisfactoria de pasar el tiempo en el cine en familia, solo esperamos que no piensen en lanzar una nueva franquicia a partir de una cinta que se debe de mantener como algo único, al final del día le da a una nueva generación un motivo más para enamorarse de Buzz Lightyear y eso es todo lo que nos importa.
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